(IVÁN): SU ANTORCHA ES EL MADERO ISRAELÍ CON SU NOMBRE FUEGO: AMPARÁNDOTE:

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2017-02-18 06:53:36 UTC

Sábado, 18 de Febrero, 2017 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

SU ANTORCHA ES EL MADERO ISRAELÍ CON SU NOMBRE FUEGO: ENCENDIDO POR TI:

Abraham le dijo a nuestro Padre celestial, ¿cómo yo voy a conocer que heredare está tierra, en donde estoy parado ahora mismo?

Entonces nuestro Padre celestial le dijo a Abraham: Tráeme una becerra de tres años, una chiva de tres años y una oveja de tres años junto con una tórtola y un palomino, para ofrecerlos a mí, en un sacrificio especial, que enriquecerá tu vida y la de los tuyos, por siempre (Génesis 15: 9; 17,18). Yo necesito que tú los sacrifiques sobre la roca y separados individualmente con sus partes, partidas por la mitad, opuestas de entre ellas mismas sobre el altar que tú me levantaras, para yo volver sobre ellos, y manifestarte lo que haré contigo, la tierra y los hijos que te he prometido que los tendrás tan numerosos como las estrellas del cielo.

Instantáneamente, Abraham le obedeció a nuestro Padre celestial y empezó los sacrificios de los animales que él le había especificado que los pusiese sobre la roca, opuestas entre sus mitades, excepto las aves: porque él le iba a hablar de la tierra prometida y de los hijos que le nacerían en las generaciones futuras, para gloria de su nombre bendito. Y esto fue de que un sacrificio de animal era para el Padre, el segundo animal sacrificado para el Hijo, y el tercer animal sacrificado para el Espíritu Santo, iniciando así el sacrificio continuo sobre el Monte Sión, en donde su Hijo Jesucristo salvaría a Israel y a las familias de las naciones del podré del pecado, en un sólo día.

Y estos animales tenían que ser sacrificado con sus mitades opuestas de las mismas, y con sus sangres salpicadas por sus alrededores en la tierra, excepto con las aves porque representan el Espíritu Santo que jamás puede ser cortado ni reducido a pedazos: porque es el Espíritu Santísimo sobre la roca del altar del amor prehistórico, derramándose sobre la humanidad entera. Abraham había terminado de hacer exactamente lo que nuestro Padre celestial le había llamado (hacer) con los animales sacrificados junto con las aves, que él se quedó dormido en un profundo sueño: en donde, se encontró rodeado de tinieblas y terror que se vio con el SEÑOR—porque éste era el momento y el lugar, en donde oiría de sus planes divinos.

Nuestro Padre celestial le aseguró a Abraham de que sus hijos que le había prometido a él poseer numerosos como las estrellas del cielo, y que las gentes siempre fallaran en contarlas, y además, que nacerían en tierra extraña como esclavos, por más de cuatrocientos años, seria al fin para gloria de su nombre bendito. Pero la nación que los esclavice, él los juzgara, en su tiempo, por todas las maldades que le harían a ellos, visitándolos finalmente para liberarlos con su grande amor y misericordias hacia ellos, para que vayan a vivir a la tierra que ya les había entregado a él y a sus hijos por nacer aún.

Abraham se mantuvo firme, oyendo todo lo que nuestro Padre celestial le revelaba a él y de lo que iba hacer con sus hijos en los años venideros, porque él creía profundamente en su palabra y en su voluntad eterna para con él y sus hijos, que nacerían después de que él haya vivido sus días llenos de vida, en la tierra. Además, nuestro Padre celestial le aseguró a Abraham, de que él le continuaría bendiciendo por el resto de su vida con grandes riquezas, porque él iba a recibir las riquezas eternas para que sus hijos las hereden, para que ellos hagan su voluntad divina en la tierra, que les había dado a poseer perpetuamente, hacia toda la eternidad venidera.

Es decir, que nuestro Padre celestial no solamente aseguró el bienestar de Abraham y de sus contemporáneos y amados, pero también de sus hijos por nacer en generaciones venideras: y Dios bendijo a Abraham para que sea rico con su hijo Isaac y hasta el ultimo de ellos: porque Dios quería que las naciones conociesen su nombre fuego por sus abundantes riquezas. Visto que, Abraham empezó los sacrificios de los animales muy temprano, obedeciendo al llamado divino de ofrecerlos sobre la roca, escogida para desplegar las partes de los animales en sus mitades junto con la sangre salpicada sobre el lugar: Porque Dios regresaba a caminar en medio de ellos y sus mitades, como prometió, sellando así su convenio con Abraham y sus hijos.

Sin embargo, mientras Abraham esperaba muy paciente el regreso de nuestro Padre celestial hacia él, entonces el sol se ocultaba hasta que entró la noche por completo, y rodeado de aves de rapiña y depravadores que cazan en la oscuridad, entonces sentía que se acercaban hacia las partes de los animales sacrificados sobre la roca y la sangre derramada sobre el altar. Abraham tenia que espantar a todos estos depravadores, porque habían llegado para arruinar el sacrificio de los animales, que Dios mismo le había pedido llevar acabo, para establecer un convenio que le daría la tierra de Canaán, que seria para sus hijos, que eventualmente vendrían a ser parte del altar del amor prehistórico, que él ya estaba por recibirlo, en aquellos días.

Es decir, también de que hubieron momentos en que Abraham tenia que ofrecer su propia vida, para mantener los animales sacrificados, asegurados sobre la roca junto con la sangre salpicada sobre ellos, ya que, él no solamente estaba dispuesto de parar las aves de rapiña, pero igualmente los animales como leones y osos, si es que se acercarían al altar. Las aves de rapiña volaron y los depravadores huían, porque Abraham tenia grandes poderes parado ante él altar, protegiendo los tres animales sacrificados de nuestro Padre celestial y que los había cortado por sus mitades opuestas una con la roca: porque pronto el Todopoderoso caminaría en medio de ellos, sellando así el convenio de vida con él y sus hijos por nacer.

Por tanto, éste altar que nuestro Padre celestial le había llamado a levantar para él, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo tenia que permanecer por todo el día y la noche, porque El Todopoderoso tenia que caminar entre las mitades de los animales descuartizados: porque seria él quien eventualmente seria cortado, dándose asimismo para comer a sus hijos, salvándolos eternamente. Porque la parte por la cual nuestro Padre celestial había llamado a Abraham a hacer, era que primeramente tenia que levantar el altar con los animales cortados en sus mitades opuestas entre ellos mismos, porque él es quien seria cortado finalmente: Dándole de comer y de beber de su cuerpo santísimo a sus hijos, salvándolos: y así mantenerse fiel ante el altar, siempre.

Y esto fue a lo que nuestro Padre celestial había llamado a Abraham hacer, después de preparar los tres sacrificios de los animales junto con la tórtola y un pichón, y fue de mantenerse cuidadoso, fiel, y hábil de hacer su voluntad sobre el altar del templo: porque en él está el santuario personal de todos en los templos de las naciones. Además, nuestro Padre celestial necesitaba que Abraham se parase ante el altar de sus tres sacrificios, porque él necesitaba su presencia humana representando en el lugar de cada hombre, mujer, niño y niña de todos los hijos incontables como las estrellas del cielo que le había prometido recibir en las generaciones venideras, pero igualmente por las familias de las naciones.

Ya que, nuestro Padre celestial no solamente estaba listo para tomar los pecados de cada hombre, mujer, niño y niña de Israel que aún no nacía, pero igualmente por las familias de las naciones, al ponerle fin al pecado en un sólo día por los poderes asombrosos de su nombre que es fuego, y con su semilla divina derramada sobre su altar. Puesto que, sólo así él le podía poner fin al pecado en cada uno de sus hijos, de Israel y de las familias de las naciones, para finalmente establecer su nombre bendito sobre su carne sagrada que se convertiría en madera, después de sus hijos descender al Valle de los huesos secos, para que postreramente su Hijo amado levantarlos a vivir nuevamente.

Puesto que, éste es el nuevo reino que nuestro Padre celestial estaba buscando en cada uno de sus hijos, empezando con Abraham y con Sarah, porque por el nacimiento de su Hijo Jesucristo como Isaac, por los poderes del Espíritu Santo, entonces él estaba recogiendo los pecados del mundo entero sobre su altar, para destruirlos en un sólo día, y para siempre. Habiendo entonces Abraham esperado el día entero y hacia la noche por nuestro Padre celestial, de pronto se encontró luchando para preservar la integridad de los tres sacrificios, en contra de las fieras de la noche, que él había preparado para sellar su convenio de bendiciones con Dios, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, e instantáneamente una bola de fuego apareció.

Éste es el horno de fuego de su grande gracia, de su grande misericordia, de su grande verdad y de su grande justicia divina, que no solamente alumbraba los momentos más oscuros de la vida entera de Abraham, incluyendo su esposa Sarah y sus hijos adoptados, pero igualmente por hijos prometidos ha nacer junto con todas las familias de las naciones. Puesto que, éste es el altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y con el Espíritu Santo, que le iba a poner fin al pecado de todos, para que escapen no solamente los terrores de Satanás que esté trayendo hacia sus vidas junto con los ángeles caídos, pero igualmente hacerlos tan santos, y renacidos como Dios es santo, perpetuamente.

Éste es el altar del amor prehistórico que cambiara la vida de cada hombre, mujer, niño y niña nacido en Israel como hijos de Abraham, pero igualmente para las familias de las naciones, porque posee poderes necesarios para cambiar la manera en que las naciones viven y creen en nuestro Padre celestial, por medio de su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo. Visto que, cada uno que se salve del pecado y de la presencia engañadora de Satanás, que lleva a sus almas vivientes hacia el infierno, por medio de la carne pecadora, en la que han nacido del vientre de sus madres, serán, pues, cubiertos y destruidos por los poderes de éste altar con los animales sacrificados, y sus sangres derramadas a tierra.

Éste es el altar del amor prehistórico que descenderá en el agua con cada hombre, mujer, niño y niña que invoca su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo junto con el Espíritu Santo, y al ellos descender, sumergidos todos en el agua, entonces la perfecta santidad de su nombre: Removerá la carne pecadora para vestirse con la carne sagrada: Salvándolos, eternamente. Puesto que, el alma viviente de aquella persona ha sido bautizada, entonces es cambiada de la carne pecadora hacia la carne sagrada instantáneamente, liberándose del tormento del infierno que le atacaba en su corazón, mente, cuerpo, alma y espíritu humano desde que nació del vientre de su madre, para que finalmente cese de ver tinieblas y ahora solamente vea luz en su vida.

Ésta es la luz del nombre santísimo de nuestro Padre celestial, ardiendo apasionadamente junto con el fuego del horno de su gracia, de su misericordia, de su verdad y de su justicia divina, saturando así su vida entera con bendiciones frescas de amor, paz, reposo, prosperidad, felicidad y gozos que su corazón, mente, alma, cuerpo y espíritu humano jamás han conocido. Porque el alma viviente del hombre, mujer, niño o niña que se bautiza en agua, invocando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, abandonara la carne pecadora que siempre ha fallado en llevar el nombre bendito para tomar la carne sagrada que siempre lo lleva poderosamente con clavos, y ardiendo apasionadamente por toda su vida, enriqueciendose, hacia toda la eternidad venidera.

Y para que todo esto sea posible en sus hijos nacidos de su imagen y de su alma santísima así como Adán nació de él junto con Eva, que nació después de su quinta costilla, al dormir Adán por poderes divinos, entonces él junto con su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo tuvo que caminar entre los animales sacrificados, ¡iniciando nuestra salvación! Ciertamente, al nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo caminar entre las mitades de los tres animales sacrificados, y tendidos sobre sus sangres derramadas sobre la roca, entonces nuestro Padre Todopoderoso estaba haciendo todo el trabajo necesario para empezar el sacrificio continuo de su Hijo Jesucristo, para terminar con su Espíritu todo pecado de sus hijos, perpetuamente.

Una vez que nuestro Padre celestial había caminado con su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo sobre la roca que tenia los tres animales sacrificados y cortados en sus mitades opuestas entre ellas y con sus sangres derramadas por doquiera, entonces él finalmente pudo establecer un convenio bendito con Abraham: porque ahora les podía otorgar a Canaán a sus hijos, para siempre. Además, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham poseer las tierras de Canaán para siempre con sus hijos que nacerían en las generaciones venideras, porque necesitaba que sus hijos no solamente lleven los pecados de las naciones para destruirlos en un solo día: pero igualmente remover la carne pecadora que ocupaba sus tierras, en donde construirá su ciudad con su dulce hogar, perpetuamente.

El sueño de nuestro Padre celestial es de no solamente establecer su familia divina de vida y bendiciones en cada familia humana de Israel y de las naciones, pero asimismo su dulce hogar: en donde reinara sobre su pueblo que él mismo le ha dado vida por medio de la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, y llena de su Espíritu Santo. Por eso, es que después que nuestro Padre celestial empezó su convenio con Abraham al presentar los tres animales sacrificados con sus sangres derramadas sobre sus mitades cortadas y opuestas entre ellas, entonces nuestro Padre junto con su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo trajo la antorcha ardiendo con su nombre santo que es el fuego, bendiciendo los sacrificios sin cesar, perpetuamente.

Es decir, que cuando nuestro Padre celestial regresó a Abraham, entonces lo hizo con su antorcha antigua ardiendo, que es su nombre Todopoderoso, clavado al madero que es realmente la carne sagrada del convenio, entregándole así a él a sus hijos prometidos e incontables como las estrellas del cielo, para que él sea el padre de una gran nación. Efectivamente, ésta es la antorcha, ardiendo con su nombre santísimo, que es realmente el cuerpo de cada uno de sus hijos, entregados a Abraham para recibirlos en las generaciones venideras como nacidos en el cautiverio Egipto en los pecados del mundo entero, para finalmente llevarlos sobre su altar del fuego, destruyendo todo pecado en un día, salvando así a la humanidad entera.

Dado que, era imposible para cada hombre, mujer, niño y niña, ni menos toda una familia, llevar sus pecados al altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, para que nuestro Padre celestial los quite con sus poderes del horno encendido, perdonándolos a todos, para salvarlos milagrosamente del tormento eterno del infierno. Sin embargo, con Israel nacido en el cautiverio Egipcio, entonces ellos sufrieron los pecados de las familias de las naciones, acumulándolos en el convenio de la carne sagrada para morir en el desierto infernal del Sinaí, mordidos por las serpientes venenosas, para finalmente convertirse en polvo y los árboles, clamando por el Rey Mesías, para que los levante al altar del amor.

Ellos necesitaban abandonar los pecados que habían acumulado por años en el cautiverio egipcio y por el desierto del Sinaí de cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones, para que finalmente sean destruidos por la carne sagrada de su Hijo Jesucristo y por su nombre que es fuego, clavados al madero, y la sangre derramada en un día. En éste día, nuestro Padre celestial no solamente clavó su nombre Todopoderoso sobre su Hijo Jesucristo que igualmente estaba clavado al madero, que fue inicialmente la carne sagrada de Israel en Isaac, pero ahora ellos yacían en el Valle de los huesos secos para que las misericordias prometidas con el amor eterno finalmente quiten los pecados de todo conflicto, enfermedades y muertes, perpetuamente.

Nuestro Padre celestial, ciertamente, no solamente destruyó a Satanás junto con cada obra malvada que él jamás haya hecho en todo el mundo, y especialmente en la casa de Israel, que el pecado dejó de tener poder con sus problemas usuales, conflictos, enfermedades, pobrezas, y muertes, afligiendo regularmente la humanidad entera, para que las naciones finalmente vivan libremente de todo mal eterno. Y ésta es la vida que realmente vive para nuestro Padre celestial, porque es en ella, en donde su carne sagrada y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, salpicada no solamente destruyó el pecado y sus espíritus inmundos, pero asimismo a Satanás y a la muerte: para que las familias vivan conociendo solamente su gracia, misericordia (amor puro), verdad y justicia divina, perpetuamente.

Puesto que, éste es el altar, descendido del cielo, para ser parte de la familia de Abraham por medio de su Hijo Jesucristo que nació como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, que vino a ser el epicentro de su amor, paz, prosperidad y salvación de Israel y de las naciones, porque el mundo entero será salvo, eventualmente. Por ello, es únicamente desde éste altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, que alimentara a cada uno en Israel y en las familias de la humanidad entera, porque es la voluntad de nuestro Padre celestial de hacer de Israel un paraíso terrenal junto con las naciones, para que el mundo sea finalmente su dulce hogar.

Evidentemente, nuestro Padre celestial ha hecho de su altar del amor prehistórico, dado a Abraham y Sarah, de ser no solamente el renacimiento de su único hijo Isaac, pero igualmente de sus hijos prometidos de generaciones venideras, y lo mismo es verdad para las familias de las naciones: porque es su voluntad divina de ganar para su nombre fuego: ¡la humanidad entera! Considerando, que Isaac renació sobre el altar del amor prehistórico cuando Abraham estuvo listo para sacrificarlo ante nuestro Padre en el cielo, pero, antes de hacerlo todo, entonces él oyó una voz del cielo, diciéndole, no hiera al niño, porque desde ahora se conoce en el cielo grandemente de que tú obedeces a la palabra de Dios hacia toda la eternidad celestial.

Indiscutiblemente, Isaac no murió sobre el monte Sión como nuestro Padre celestial había llamado a Abraham a sacrificarlo como su único hijo ante él, y en su gran fuego visible de horizonte a horizonte del mundo entero, y hasta el mismo cielo angelical igualmente: porque Isaac necesitaba ser el primer renacido de sus hermanos que serian la nación del sueño dorado de Dios. Aquí es, cuando nuestro Padre celestial hizo renacer a Abraham del fuego de su grande gracia, de su grande misericordia, de su grande verdad y de su grande justicia divina, para que sea bautizado en el Espíritu Santo de los Diez Mandamientos, obedeciendo cada palabra articulada de su boca divina en toda la eternidad, y por siempre en su nuevo reino angelical.

Y es aquí. En donde nuestro Padre celestial te bautizara también no solamente en agua, al invocar la perfecta santidad de su nombre y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, pero igualmente en la santidad perfecta de su Espíritu, cumpliendo así con sus mandamientos junto con cada palabra que haya salido de su boca en la eternidad, para salvarte para siempre. Dado que, únicamente cuando eres redimido, al haber tú sido bautizado en agua y en el Espíritu Santo de su altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y con el Espíritu Santo, es cuando realmente tú eres aceptado en la gloria celestial y enriquecido perpetuamente, para que finalmente conozcas la única vida que te ama: amándote verdaderamente por una eternidad.

Por eso, es que nuestro Padre celestial te está siempre llamado a su altar del amor prehistórico, para que seas bautizado con el Espíritu Santo de su gracia, misericordia, verdad y justicia divina, porque tú necesitas tener estos bautismos urgentemente, y en segundos: para que seas redimido y gozar cada día la vida que realmente te ama con muchas bendiciones hacia la eternidad. Y ésta vida solamente puede ser encontrada en la gloria celestial, porque viene directamente hacia ti, cuando eres renacido de la imagen y el alma viviente de nuestro Padre celestial, para que seas perfecto y santo así como siempre él lo ha sido ante sus ángeles, y solamente entonces tú conocerás la vida como deberías conocerla con sus riquezas de cada día.

Y es sobre el altar de su amor eterno, en donde Israel finalmente pudo destruir cada pecado que conoció en la cautividad egipcia, y por el desierto del Sinaí, que realmente es el infierno de Satanás que esperaba por ellos que viniesen, para recibirlos con las mordeduras de las serpientes venenosas, para que desciendan al Valle de los huesos secos, sin salvación. Indiscutiblemente, Israel descendió al Valle de los huesos secos, es decir, porque vivieron los pecados de las naciones intensamente, y no se podían salir de ellos hasta que su carne del convenio se torne en polvo y árboles, clamando a nuestro Padre celestial que envíe a su Hijo Jesucristo, para que les clave su nombre fuego sobre ellos y sobre su altar.

Oportunamente, Israel sabia que tenia que ascender al monte Sión, en donde el fuego de Abraham e Isaac arde intensamente en toda gracia, misericordia, verdad y justicia divina desde que el Padre los llevó por un camino de tres días, para renacer y bautizarse en el fuego de su amor eterno, cumpliendo finalmente con sus mandamientos y sus palabras de la eternidad. Y una vez ellos levantados sobre el monte alto por la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, victoriosos sobre toda mentira, maldición de Satanás, además, él destruyó al ángel de la muerte con los ángeles caídos, entonces: Los israelitas pudieron bautizarse en el Espíritu Santo y agua, porque su Hijo Jesucristo fue bautizado por ellos, eternamente.

Puesto que, ésta era la única manera posible que no solamente complacería el corazón santísimo de nuestro Padre celestial con toda su verdad y justicia divina, pero igualmente ellos serian llenos del Espíritu Santo del amor y de la vida eterna únicamente para conocer su bondad, gracia, misericordia, verdad y justicia divina, y de las riquezas inagotables de La Nueva Jerusalén celestial. Ahora, que toda la casa de Israel había sido clavada al nombre fuego de nuestro Padre celestial y a la carne sagrada, derramando de ella la sangre reparadora sobre todos ellos, quitando todo pecado de cada hombre, mujer, niño y niña de las familias de las naciones que lo aman: únicamente entonces, todos ellos podrán regresar a Israel, reconquistándola para su gloria.

Es decir, que viendo nuestro Padre celestial sus cuerpos convertidos en polvo en el desierto del Sinaí junto con sus hijos en Canaán, entonces ellos se volvieron los árboles listo para ser levantados a su altar del amor eterno por su Hijo Jesucristo y el nombre fuego, clavado al madero: levantándolos así del Valle de los huesos secos a la vida eterna. En otras palabras, viendo nuestro Padre celestial su nombre fuego, clavado al madero de la casa de Israel junto con la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, abrazándolos así perpetuamente, entonces Dios ya no vio la necesidad para que cada hombre, mujer, niño y niña sufra en el Valle de los huesos secos: e inmediatamente los llamó a su dulce hogar nuevamente.

Evidentemente, Israel había finalmente exaltado el nombre fuego de nuestro Padre celestial sobre el mundo entero para salvar a las familias de las naciones del pecado y del infierno tormentoso, para que ellos puedan encontrar la vida que realmente agrada a nuestro Padre celestial sobre su altar del amor eterno para con ellos en la tierra y en el cielo, perpetuamente. Por eso, es que ahora Israel quiere reconquistar a Canaán para servir a nuestro Padre celestial sobre su altar del amor prehistórico, que está los cielos de Jerusalén, y nadie puede verlo jamás: porque para verlo, entonces uno tiene que estar bautizado en agua y en el Espíritu Santo, vistiendo la carne sagrada—y solamente entonces uno puede servirle a Dios, perpetuamente.

De otra manera, sin el bautismo de agua y del Espíritu Santo del altar del amor eterno, descansando sobre el Monte Sión, entonces tú serás como cualquiera del pasado que falló en encontrarlo, porque jamás tú lo veras en la carne pecadora sino solamente en la carne sagrada, que todos tenemos ya en el cuerpo glorificado de su Hijo Jesucristo, para siempre. Por cierto, ésta es la única manera en que vas a terminar con el pecado que te está causando problemas, dificultades, enfermedades, pobreza y muerte en el mundo junto con todos los tuyos y amistades, igualmente, porque sobre el altar del amor eterno, en donde Israel ha sido levantado con su nombre fuego, volando altamente, ha sido para liberarte del mal, perpetuamente.

Ya que, es únicamente sobre el altar del amor eterno, en donde Israel sostiene en alto sobre toda la tierra y la humanidad entera el nombre bendito de nuestro Padre celestial, ardiendo como siempre en su fuego de gracia, misericordia, verdad y justicia divina para contigo, para que vivas completamente liberado de toda influencia satánica: caminando siempre en su Camino de Santidad. Éste es el Camino Santo de su Evangelio de Salvación que nuestro Padre celestial empezó con Abraham, Sarah y su único hijo Isaac, en que nació la nación de familias listas para vivir ya en su más maravilloso sueño divino de amor eterno, bendiciones y felicidades interminables, dándole gozos asombrosos a su corazón santo y a sus amados por toda la eternidad.

Nuestro Padre celestial necesita caminar en su Camino de Santidad contigo en estos días, porque éste es el único camino posible que él ha establecido en la tierra, por medio de la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, en donde encontraras tu camino hacia su altar del amor prehistórico, para ser bautizado en agua y en el Espíritu Santo, para salvación eterna. De otro modo, tú fallaras en recibir bendición de amor, paz, prosperidad y felicidad eterna, que él te ha provisto ya: porque él te necesita viviendo su vida muy rica ya, en donde no solamente cumplirás con sus mandamientos eternos, pero igualmente cada palabra hablada por él, para decirte: Ahora yo sé que me amas.

Y cuando nuestro Padre celestial sepa que tú lo amas por medio de su nombre fuego, porque has obedecido a su llamado para bautizarte en agua y en el Espíritu Santo, que está listo para descender sobre ti desde su altar del amor prehistórico, descansando sobre el Monte Sión, entonces él mismo te bendecirá hasta que seas cada día inmensamente rico. Realmente, tú serás muy rico en tu vida terrenal y en la gloria celestial igualmente, porque ahora estarás viviendo en su carne sagrada, que le dice constantemente, que él es muy amado por tu corazón, alma, mente, cuerpo, fuerzas y espíritu humano, desde que su nombre fuego arde victorioso sobre ti así como está clavado a Israel sobre su altar del amor eterno.

Además, viviendo sobre la tierra y la humanidad entera que es todo hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de las naciones, entonces esto significa que nuestro Padre celestial siempre te favorecerá en todo lo que tú hagas en el cada día de tu vida, por lo tanto, tú siempre estarás sobre encima de todo victorioso, alcanzando tus metas impresionantes. Esto significa, que éste es el único lugar, en donde tú recibirás el nombre fuego de nuestro Padre celestial no solamente porque ya has sido bautizado en agua y en el Espíritu Santo de su amor eterno, así como Israel lo recibió con clavos sobre su madero que en vida, vistió sus almas vivientes: pero porque ahora tú eres su hijo legitimo.

Y una vez que tú has recibido el nombre fuego de nuestro Padre celestial, ardiendo apasionadamente sobre la antorcha, que es la madera de Israel que recibió con clavos a su Hijo Jesucristo, para derramar su sangre reparadora victoriosa sobre las mentiras, maldiciones, problemas, enfermedades, pobreza, incluyendo la muerte, para que su nombre todopoderoso reine sobre ti victoriosamente, siempre, entonces serás feliz finalmente. Esto nos dice, que éste es el nombre fuego de nuestro Padre celestial que arde apasionadamente sobre ti así como flamea sobre la torre de Israel, en donde está clavado a su Hijo Jesucristo y su sangre reparadora, salpicada toda, para que vivas sin pecado y victorioso sobre cada obra de Satanás que quizá a preparado para lanzarla en contra de ti pronto.

Y, es únicamente aquí, en donde en nuestros días, tú finalmente encontraras la vida que te pertenece, diseñada por nuestro Padre celestial solamente para que tú la disfrutes de él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, en donde su nombre fuego reinara sobre tu vida para siempre, asegurándote así tu bendición cotidiana y victorias sobre todas tus metas por conquistar. Y, es únicamente sobre éste altar de su amor eterno, en donde Israel finalmente recibió el nombre fuego de nuestro Padre celestial, para levantarlo muy en alto de toda la tierra y hasta del reino angelical, igualmente: en donde serás bendecido junto con tus muy amados al destruir cada pecado que te moleste, bloqueando injustamente todo progreso en tu vida de cada día.

Éste altar del amor prehistórico de nuestro Padre celestial que se lo otorgó a Abraham y Sarah, continuara siendo parte de tu vida junto con tus muy amados y amistades igualmente, porque te seguirá por toda tu vida y hasta el mismo reino de los cielos, llenándote siempre de su gracia, misericordia, verdad y justicia divina, para guiarte hacia riquezas inalcanzables antes. Efectivamente, nuestro Padre celestial te bendecirá con riquezas increíbles no solamente porque su nombre fuego arde apasionadamente sobre tu vida así como flamea sobre la carne muy sufrida de Israel, que es el madero, en donde está clavado junto con la carne sagrada de su Hijo Jesucristo victorioso sobre el mundo entero: pero también porque tú mismo le entregaras glorias cada día, siempre.

Y, es aquí, en donde nuestro Padre celestial espera fielmente con su corazón de amor apasionado por las familias de Israel y por ti igualmente, no importa de donde tú vengas hacia él y su nombre santo como de diferente continente, país, cultura o religión como el Budismo, Hinduismo, Islam, Cristianismo, Espiritismo, Paganismo o cualquier otro para recibir su nombre fuego, perpetuamente. Ciertamente, nuestro Padre celestial ha creado su nuevo reino angelical que será llenó de sus hijos renacidos de él y de su nombre todopoderoso, clavado a ellos por la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, porque han recibido todos sus bautismos fielmente para vivir con las familias de las naciones, perpetuamente justificados, llenos de su amor y sellado todo por la sangre reparadora.

Puesto que, ésta es la felicidad del corazón santísimo de nuestro Padre celestial, que siempre ha trabajado fuertemente por todas las generaciones, alcanzándolo, porque él cree en su amor asombroso que ha sentido cada día por Israel y las familias de las naciones de que son sus hijos, destinados a vivir con él en el cielo, conquistando nuevas glorias en la eternidad. Y, actualmente, él te está dando su amor asombroso que ha manifestado por las generaciones, que inició con Abraham y Sarah, pero igualmente con sus hijos, para que las familias de las naciones aprendan a amarlo a él y su nombre fuego por los bautismos que llamó no solamente a Abraham y su familia a cumplirlos cabalmente, pero igualmente a ti, hoy.

Éste es el nombre santísimo que arderá apasionadamente como la antorcha de fuego eterno, que empezó a enriquecer grandemente a Abraham, Sarah y todo su hogar de sus hijos adoptados, porque nuestro Padre celestial necesitaba manifestar su gloria de cada día sobre todos ellos, para que el mundo vea: para que igualmente reciban todos por igual su nombre fuego, perdonándolos para siempre. Éste es el poder que tú necesitas cada día en toda tu vida, su nombre santísimo ardiendo sobre la carne sagrada, que es el convenio de vida que él inició con Abraham y su hijo Isaac, que realmente es su Hijo Jesucristo no solamente trabajando para Abraham y sus hijos, pero también contigo: porque te ama como lo mejor que posee hoy.

Hoy, una vez que tú recibas a nuestro Padre celestial por la carne sagrada del convenio encendido con su nombre todopoderoso en tu vida, porque te haz bautizado en agua, al invocar la perfecta santidad de su nombre fuego, su Hijo y el Espíritu Santo, entonces Satanás fallara en bloquear injustamente las bendiciones que entran en tu vida, para que te enriquezcas progresivamente. El nombre bendito de nuestro Padre celestial ardiendo sobre la carne sagrada que has recibido de su altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y con el Espíritu Santo, te enriquecerá hasta que conozcas su gracia, misericordia, verdad y justicia divina, operando en ti y tus amados incesantemente y hasta que seas hecho extremadamente rico hacia toda la eternidad celestial.

Verdaderamente, tú necesitas entrar en su altar que nuestro Padre celestial llamó a Abraham a encenderlo con sus tres sacrificios, cortados en sus mitades y opuestas entre ellos, que es su Hijo Jesucristo, para él descender con su altar del amor de fuego, y con su antorcha ardiendo apasionadamente: para que tú recibas tu bendición cotidiana, porque eres rico en él, perpetuamente. Efectivamente, tú siempre caminaras con los mandamientos de nuestro Padre celestial y su palabra completamente obedecida en tu corazón, alma, mente, cuerpo, fuerzas y espíritu humano para recibir sus ricas bendiciones, pero igualmente caminaras por toda tu vida y hacia la gloria celestial con su nombre fuego victorioso sobre el mundo entero, conquistando nuevas glorias que abren caminos y puertas de felicidades incalculables.

Ciertamente, nuestro Padre celestial al verte desde el cielo para derramar de sus bendiciones y riquezas sobre ti y los tuyos, entonces él vera en ti de que tú siempre lo has amado de eternidad en eternidad, obedeciendo sus palabras fielmente: porque estarás bautizado en su carne sagrada que lleva su nombre santo, flameando sobre el mundo eterno con tus riquezas conquistadas. ¡Amén!

THE BLAZING TORCH IS ISRAEL’S WOOD NAILED TO HIS FIERY NAME WITH SALVATION:

Abraham said to our heavenly Father, how am I going to know that you are going to give me the land where I am standing right now? Then, our heavenly Father said to him: bring me a three year old heifer, a three year old female goat and a three year old ram along with a young pigeon and a turtledove, to offer them to me, in a special sacrifice. I need you to sacrifice them to me over the rock by spreading their individual parts in halves all over the altar that you will erect, so I may come around it, and show you what I will do with you, the land and the children that I have promised you to have soon as countless as the stars from heaven above.

Instantly, Abraham obeyed our heavenly Father and he began to offer the animal sacrifices that He had specified for him to lay over the rock in halves except the pigeons, because He was going to speak to Him about the land and the children that will be born to him in the generations ahead, for the glory of His holy name. One animal sacrifice was for the Father, the second animal sacrifice was for His Son Jesus Christ and the third sacrifice was for the Holy Spirit.

These animals had to be slaughtered facing their halves with their blood spilled all over the ground, except with the pigeons because they represent the Spirit of God that can never be cut much less reduce into pieces, because He is the Spirit over the altar of the prehistoric love, pouring down from heaven above upon the entire earth. Abraham had finished doing exactly what our heavenly Father had called him to do with the animal sacrifices along with the pigeons that he fell into a deep sleep, where he found himself engulfed with darkness and terror that all the sudden he was facing the Lord—for this is the moment and place where he needed to hear from His plans.

Our heavenly Father assured Abraham that the children that He had promised him to possess as numerous as the stars from heaven above that people will always fail to count them that they will be born in a strange land as captives, for four hundred years. But, the nation that will enslave them He will judge them, in due time, for all the wicked things that they will do to them, by visiting them thus to liberate them with His great love and mercies for them, to go on to live to the land that He had given him already to possess, forever, along with his unborn children.

Abraham stood still listening to our heavenly Father revealing him what He was going to do with children in the years to come, because he deeply believed in His words and in His eternal will for him and for his children that will be born after he had lived his full age with his loved ones on earth. Besides, our heavenly Father assured Abraham that He will continue to bless him for the rest of his life on earth with amazing richness, because he was to receive the blessings of eternal richness that his children will inherit from him thus for them to do His divine will at last in the land that He had granted them to possess, everlastingly.

That is to say, that our heavenly Father not only secured Abraham’s well-being with his contemporary loved ones, but also for his children to be born in the generations head, and He needed Abraham to be rich along with his son Isaac and to the last one of his children, because He needed the nations to see how great His name is. Provided that, Abraham had started the animal sacrifices early in the morning, obeying our heavenly Father’s call to offer them over the rock, chosen to display the parts of the animals along with the blood spilled all over the site: for He was returning to walk through them, as promised, to seal His covenant of life with him and the promised children.

However, while Abraham was waiting for our heavenly Father to return to him then the sun began to set until it was night and surrounded by vultures and predators that hunt in the dark that were closing in to the animal parts that were displayed over the rock and the blood spilled all over them. Abraham had to wear-off these predators, because they were there to ruin our heavenly Father’s animal sacrifices that he had been called to offer them so he may establish a covenant to possess Canaan, for his children that will eventually become His eternal will over His ancient altar of the prehistoric love that he was about to receive, in the days ahead.

This is to say, also that there were moments that Abraham had to offer his own life just to keep the animal sacrifices in place over the rock along with the blood spilled all over it, because he was not only willing to stop the vultures, but also animal such as lions and bears if they dare to approach the sacrifices. The vultures flew away and the animal predators ran away from him, because Abraham had great powers as he stood faithfully and protecting our heavenly Father’s three animal sacrifices that he had cut into halves facing each other over the rock, because soon God Almighty was going to walk in between them, sealing the covenant of life with him and his children.

Thus, this altar that our heavenly Father had called Abraham to erect for Him, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit had to stand through the day and through the night, because God Almighty had to walk in between the animal sacrifices halves facing each other, for He is to be cut eventually, giving Himself to eat to the children for lasting-salvation. For the only part that our heavenly Father had called Abraham, it was first to erect the altar with the animal sacrifices cut in halves facing each other, for He is the one to be cut finally: thus to give to eat and drink from His very holy body to his children for salvation; and furthermore to stand faithfully at His altar always.

That is all, that our heavenly Father had called Abraham to do, after he had prepared the three animal sacrifices along with the turtledove and pigeon, and this was to stand watchful, faithful, and able to do His will at the temple’s altar, because along is everyone’s personal sanctuary at the wall of every temple throughout the nations, of the world. Besides, our heavenly Father needed Abraham to stand at the altar with his three sacrifices, because He needed his presence as a human being to stand in the place of every man, woman and child not only from the children that He had promised to grant unto him in the generations to come, but also for the families of the nations.

For our heavenly Father was getting ready not only to take on the sins from every man, woman and child from the house of Israel yet to be born, but also from the families of the nations, by putting an end to sin in one day by His holy name’s amazing powers that is fire and with His seed shed for eternity. For this was the only way that He will be able to finish with sin in every one of His children, from Israel and the families of the world, finally establishing His holy name over the sacred-flesh that had become wood as His children’s souls descended into the Valley of the dried bones, for His Son to lift them to life lastly.

For this is the new Kingdom that our heavenly Father was looking for in every one of His children, starting with Abraham and Sarah, because through the birth of His Son Jesus Christ as Isaac, by the Holy Spirit’s power, then He was going to collect the sins of the world over His altar to destroy them in one day, forever. Having Abraham waited all day and into the night fall for our heavenly Father, then he found himself fighting to preserve the altar with the three sacrifices against the wild of the night that he had prepared to seal his covenant of blessing with our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, and then, His ball of fire appeared.

This is our heavenly Father oven of the fire of His great grace, His great mercy, His great truth and His great divine justice that was not only lighting up his darkest moments of his entire life, including his wife Sarah and the adoptive children, but also the promised children to be born along with the families of the nations. For this altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit, was going to put an end to every one’s sin, so they may escape not only the terrors that Satan may bring into their lives along with his fallen angels, but also make them so holy that they will be reborn as God is everlastingly.

This is the altar of the prehistoric love that will change the life of every man, woman and child born within Israel as Abraham’s child but also from the families of the nations, because it has all the powers necessary to change the way the nations live to believe in our heavenly Father through His Son Jesus Christ and the Holy Spirit. Inasmuch as, every one that may to become saved from sin and the wicked presence of Satan taking his living soul into hell’s torment by the way of the wicked-flesh, in which they were born, by default, from their mother’s womb, will be covered and destroyed by the powers of this altar with the animal sacrifices and the blood spilled over it.

This is the altar of the prehistoric love that will descend into the water with any man, woman and child that invokes His holy name and that of His Son Jesus Christ along with the Holy Spirit, and so, as they are submerged into the water then the perfect holiness of the name removes the sinful-flesh to dress them with the sacred-flesh. Because once the living soul of that person being baptized in water is changed from the sinful-flesh into the sacred-flesh instantly to become liberated from hell’s torment that have been attacking his heart, mind, soul, body and human spirit since he was born from his mother’s womb, then he may finally cease to see darkness to see only His light through life.

This is the light of our heavenly Father’s holy name burning wildly along with the fiery oven of His great grace, His great mercy, His great truth and His great divine justice that will saturate his entire life with fresh blessings of love, peace, rest, prosperity, happiness and joys that his heart, mind, soul, body and human spirit have never known before. Because the living soul of that man, woman and child that is being baptized in water by invoking the Father, the Son and the Holy Spirit will abandon the sinful-flesh that has failed always to bear His holy name to take on the sacred-flesh that has His holy name nailed to it and burning passionately through his entire life, into eternity.

And for this to be possible in the children born from His image and living-soul as Adam was born from Him along with Eve that was born later from his fifth rib as he laid sleep by our heavenly Father’s powers, then He along with His Son and the Holy Spirit had to walk in between the animal’s sacrifices to take-off. Thus, by our heavenly Father along with His Son and His Spirit walking in between the halves cuts of the three animal sacrifices lying with the blood spilled over the rock, then our God Almighty was doing all the work necessary to begin the non-stop sacrifice of His Son Jesus Christ finishing with sin in every one of His children, forever.

Once our heavenly Father had walked with His Son Jesus Christ and the Holy Spirit over the rock that had the three animal sacrifices cut in their halves facing each other with the blood spilled everywhere, then He was finally able to strike a covenant of blessings with Abraham, because now He could grant his children the land of Canaan. Besides, our heavenly Father needed Abraham to possess Canaan’s lands forever along with his children to be born in the generations ahead, because He needed His children not only to bear the sins of the nations to destroy them in one day, but also to remove the wicked flesh that was occupying His land, where He is to build His home-sweet-home.

Our heavenly Father’s dream is not only to establish His divine family every life and blessings within every human family from the house of Israel and the families of the nations, but also His home-sweet-home, where He will rule the people that He has given birth along with His Son Jesus Christ’s sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood saturated with His Spirit. That is why, that right after our heavenly Father had started a covenant with Abraham as he presented the three animal sacrifices with the blood spilled over the cut halves facing each other, then our heavenly Father along with His Son and the Holy Spirit brought into it His burning torch of His holy name, blessing it without ceasing until now.

That is to say, also that as our heavenly Father returned to Abraham, then He came with His burning torch that is His holy name nailed to the wood that is the sacred-flesh of the covenant, granting him children through the generations as numerous as the countless stars in heaven above, so he may be the father of a great nation. For this is the torch burning with His holy name attached to it that is the body of every child granted to Abraham to receive in the generations ahead as his children born in Egypt’s captivity with the sins of the entire world, finally to take them over the altar of fire to destroy them (sin) in one day, saving humankind finally.

Provided that, it was impossible for any man, woman and child much less an entire family to take their sins to the altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit, so our heavenly Father may atone for them thus to forgive them to save the offender from hell’s torment. However, with Israel born within Egypt’s captivity, in Goshen, then they suffered the sins from all the families of the nations thus to accumulate them within their covenant flesh to die in the Sinai’s hell-desert bitten by the venous serpent, finally to turn from dust into the trees crying for the King Messiah to descend to place them over the altar.

They needed to off-load all the sins that they had accumulated over the years within captivity and through the Sinai’s desert from every man, woman and child from all the families of the nations, so they may finally have them destroyed forever by His Son Jesus Christ’s sacred-flesh with the holy name nailed to them and his atoning-blood shed in one day. On this day, our heavenly Father not only nailed His holy name over His Son Jesus Christ that was in turn nailed to the wood that once was the house of Israel, but now lied in the Valley of the dried bones for the promised mercies and eternal love that finally sin was removed along with every conflict, infirmity and death, forever.

Our heavenly Father certainly destroyed not only Satan along with every wicked work that he has every done throughout the world and especially within the house of Israel that sin ceased to have power with its usual problems, conflicts, illnesses, poverty and death afflicting regularly the entire human race, so the nations may now live life liberated from sin. This is the life that truly lives for our heavenly Father, because it is within it, where His sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood from His Son Jesus Christ not only destroyed sin and its wicked spirits in hell’s torment, but also Satan and his angel of death, so people may live only to know grace, mercy, truth and love, perpetually.

For this is the altar that has descended from heaven above to become part of Abraham’s family through His Son Jesus Christ born as Isaac from Sarah’s barren-womb, by the Holy Spirit’s power that has become not only the epicenter of love, peace, prosperity and salvation for Israel but also for the nations, because the whole world will soon become saved everlastingly. Therefore, it is only from His altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit that will nourish daily every one within Israel but also the families from humankind, because it is our heavenly Father’s will to turn Israel into a glorious paradise along with the nations for the world to be His final home-sweet-home, eternally.

Provided that, our heavenly Father has made His altar of the prehistoric love given to Abraham and Sarah to be not only the rebirth of their son Isaac but also the promised children in the generations ahead, and the same is true for the families of the nations, because it is His divine-will to regain for His holy name the entire human race. Considering that, Isaac was reborn over the altar of the prehistoric love when Abraham was ready to sacrifice him before our heavenly Father in heaven, but, before he was to do it, then he heard a voice from heaven telling him not to hurt the child, because now it had become known in heaven that he was obedient to God’s word.

Indisputably, Isaac did not die over the mountaintop as our heavenly Father had called Abraham to sacrifice his only son Isaac before Him and in a great fire visible from horizon to horizon worldwide and even into the highest heavens by the angelical hosts, because Isaac needed to be the first reborn from his brothers that were to become God’s dream nation. This is when our heavenly Father had Abraham reborn from His fire of His great grace, His great mercy, His great truth and His great divine justice, so he may become baptized in the power of the Holy Spirit of the Ten Commandments, obeying every word that our heavenly Father had already spoken through eternity and forevermore into His new coming Kingdom.

It is here. Where our heavenly Father will baptize as well not only in water as you may invoke the perfect holiness of His name and that of His Son and of the Holy Spirit, but also in the Holy Spirit’s wholeness, thus to fulfill His commandments along with every word that has ever emerged from His mouth through eternity, so you may become saved. Granting that, only when you become saved as you are baptized in water and in the Holy Spirit of the altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit, is when you are really accepted into heaven’s glory forever blessed anyday now, so you may finally come to know the only life: loving you through eternity.

That is why, that our heavenly Father is always calling you to His altar of the prehistoric love, so you may become baptized with the Holy Spirit of His grace, mercy, truth and divine justice, because you need to have these particular baptisms to become save and ready to enjoy the every day life that truly loves you with blessings through eternity. And this life can only be found in heaven’s glory these days, because it comes directly into you as you are reborn from our heavenly Father’s image and living-soul, thus to become as perfect and holy as He has always been before His angelical hosts, and only then you will know life as you ought to know it with its full richness, everlastingly.

It is over this altar of His eternal love, where Israel finally was able to destroy every sin that it has ever known in Egypt’s captivity, and through the Sinai’s desert that really is Satan’s hell waiting for Israel to come by, thus to receive them with the deadly venous serpents that killed them to descend into the Valley of death. Indisputably, Israel descended into the Valley of the dried bones that is, because they had taken the sins of the nations forever, and they could never remove them unless their sacred-flesh turned into dust and then into the trees clamoring towards heaven for our heavenly Father to send His only Son Jesus Christ finally to place them over His altar of holy-name-fire.

Timely, Israel knew that they needed to ascend to the mountaintop where Abraham and Isaac’s fire of grace, mercy, truth and justice are burning passionately since the day that our heavenly Father took them in a three day walk to start this fire of His eternal love to baptize them with the Holy Spirit of the fulfillment of His words through eternity. And once they had been taken over to the mountaintop by His Son Jesus Christ’s sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood victorious over Satan’s lie and wicked works, curses, moreover destroyed the angel of death along with every fallen angel, then: they could get baptized in the Holy Spirit and in water, because His Son was baptized at the Jordan for them.

For this was the only way possible that will not only please our heavenly Father’s very holy heart and His entire truth and justice, but also they will be finally filled with the Holy Spirit of love and of eternal life only to know His goodness, grace, mercy, truth, divine justice and eternal richness from The New Jerusalem from heaven above. Now, that the entire house of Israel had been nailed to our heavenly Father’s holy name and His Son Jesus Christ’s sacred-flesh, spilling his atoning-blood over them thus to remove sin from every man, woman and child from all the families of the nations that love him, only then, they could finally return to Israel and reconquer it for His glory.

Meaning also that once our heavenly Father had seen them as their bodies turned into dust in the Sinai’s desert along with their children in Canaan, then they became the trees ready to be lifted to His altar of love by His Son Jesus Christ nailed to His holy name’s fiery powers to take them out from the Valley of death, forever. In other words, once our heavenly Father saw His holy name nailed to the wood of the house of Israel along with His Son Jesus Christ’s sacred-flesh secured to them in his sacred-flesh, then He did not see the need for every man, woman and child to continue to suffer in the Valley of dried bones, so He called them back home.

Indeed, Israel had finally not only exalted our heavenly Father’s holy name to the top of the entire world thus to save the families of the nations from sin and hell’s torment, so they may finally find the life that really pleases our heavenly Father over His altar of His eternal love for them in this life and in heaven’s glory, forever. Then, now Israel wants to reconquer Canaan to serve our heavenly Father over His altar of the prehistoric love that is stationed within Jerusalem’s high heavens, and no one can really see it, because to see it, you must be baptized in water and in the Holy Spirit, dressing the sacred-flesh—and it is only then you can serve God, forever.

Otherwise, without been baptized in water and in the Holy Spirit from the altar of the eternal love, resting over Mount Zion, then you will be just as anyone else from the past that has failed to find it, because you will never see it in the sinful-flesh but only in the sacred-flesh that we have in His Son Jesus Christ’s glorified-body. This is the only way that you are going to finish with the sin that is causing you problems, difficulties, infirmities, poverty and even death here on earth these days along with your loved one and friends, too, because over this glorious altar of His eternal love, where Israel has lifted His holy name very high, will liberate you from evil perpetually.

It is only over this altar of His eternal love, where Israel holds very high above the earth and its entire human race our heavenly Father’s holy name burning as usual with His fire of grace, mercy, truth and divine justice for you, so you may live your life completely liberated from Satan’s influences only to walk in His Highway of Holiness. This is the Highway of Holiness of the Gospel of Salvation that our heavenly Father had started with Abraham, Sarah and their son Isaac that became His nation of families ready to live soon His must wonderful dreams of eternal love, blessings and endless happiness, giving amazing joys to His holy heart and His loved ones through eternity, forever.

Our heavenly Father needs to walk in His Highway of Holiness with you these days, because this is the only way possible that He has established on earth through His Son Jesus Christ’s sacred-flesh where you will find your way leading you into His altar of the prehistoric love, to get baptized in water and in His Holy Spirit for lasting salvation. Otherwise, you will fail to receive the blessings of love, peace, prosperity and everlasting happiness that He has for you already, because He needs you to live His very rich life now, where you have not only fulfilled His commandments perpetually, but also every word that He has ever spoken, so He may say to you: Now I know that you love me.

And when our heavenly Father knows that you love Him through His holy name, because you have obeyed His call to become baptized in water and in the Holy Spirit that is ready to descend upon you from His altar of the prehistoric love, resting over Mount Zion, then He will bless you with His daily blessing until you become very rich indeed. You will certainly become very rich through life on earth and in heaven’s glory as well, because you are now living in His sacred-flesh that tells Him that He is loved by your heart, soul, mind, body and human spirit, since His holy name is flaming victoriously over you as it is nailed to Israel over His altar of love, into eternity.

Moreover, living over the earth and with humankind that is every man, woman and child from all the families of the nations, it means that our heavenly Father will always favor you in everything that you will undertake in your every day life, and so, whatever you may do, then you will always be on top victoriously reaching your precious goals. This means that this is the only place, where you will receive our heavenly Father’s very holy name not only because you have been baptized in water and in the Holy Spirit of His eternal love just as Israel received it nailed to the wood that once in life it dressed their living-souls, but, because now you are His legitimate child.

And once you have received our heavenly Father’s holy name burning passionately over Israel’s torch that is the wood that received with nails His Son Jesus Christ to spill his atoning-blood victorious over Satan’s lies, curses, problems, infirmities, death and fallen angels, including the killing of the angel of death, so His name may reign over you amazingly victorious through eternal life. Meaning that, this is our heavenly Father’s holy name that has to flame with passion over you just as it flames over Israel’s tower where is nailed to it since His Son Jesus Christ’s was nailed to it, so you may live your life sinless and victorious over every Satan’s work and wilds that he may have prepared to launch against you.

It is only here, where these days you will finally find the life that belongs to you, designed by our heavenly Father only for you to enjoy before Him, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, where His holy name will rule over your entire life always securing your every day blessing and victories in all your undertakings. It is only over this altar of the eternal love, where Israel finally received our heavenly Father’s holy name to lift it very high above the earth and even in heaven’s glory as well before the angelical hosts, where you will be blessed along with your loved ones by destroying every sin that bothers you, hindering your every day progress in life.

This altar of our heavenly Father’s prehistoric love that He personally granted to Abraham and Sarah will continue to be part of your life along with your loved ones and even your friends as well, because it will follow you through life and into heaven’s glory, filing you abundantly with grace, mercy, truth and divine justice, thus leading you into unfathomable richness. Indeed, our heavenly Father will bless you with incredible richness not only because His holy name is flaming over your entire life as it flames over Israel’s suffered sacred-flesh that is the wood where it is nailed to it along with His Son’s sacred-flesh victorious over the entire world, but also, because you will grant each day glory to His holy name.

It is here, where our heavenly Father waits faithfully with His loving heart for the families of Israel but also for you just the same, regardless from where you may come to Him and His holy name as from a different continent, country, culture or religion such as Buddhism, Hinduism, Islam, Catholics, Spiritism, Paganism or any other to receive His name, forever. For our heavenly Father has created His kingdom that will be filled with His children that have been reborn with Him and His holy name nailed to them in His Son Jesus Christ’s sacred-flesh, because they have received faithfully His baptisms thus to live with the families of the nations, forever justified, filled with His amazing love and sealed with the atoning-blood.

For this is our heavenly Father’s happiness from His very holy heart that He has always worked so-hard through the generations to achieve, because He believes in His amazing love that He has felt each day for Israel and for the families of the nations that are His children destined to live with Him in heaven’s glory, conquering new glories through eternity. And these days He is giving to you His amazing love that He has manifested through the generations that initiated with Abraham and Sarah but also the children, so the families from the nations may learn to love Him and His holy name through the baptisms that He called not only Abraham and his family to execute, but also you today.

This is His holy name that will burn as the torch burning wildly with the blessings of His holy name that began to bless Abraham, Sarah and his entire household of adoptive children, because our heavenly Father needed to manifest His every day glory over them and the world to see, so they may also receive His holy name fire, for lasting-forgiveness. This is the power that you need every day of your entire life, His holy name burning over the sacred-flesh that is the covenant of life that He initiated with Abraham and his son Isaac that really is our Lord Jesus Christ not only working for Abraham and his children but also with you, because he loves you just the same.

Today, once you may receive our heavenly Father through the sacred-flesh covenant burning with His holy name over your entire life, because you have been baptized in water by invoking the perfect holiness of His name, His Son and the Holy Spirit, then Satan will fail to stop blessing from entering into your life, so you may become very rich each day. Our heavenly Father’s holy name burning over the sacred-flesh that you may have received from His altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit, will bless you so you may only know His grace, mercy, truth and divine justice operating within you and your loved ones unceasingly until you may become extremely rich into eternity.

That is why, that you need to enter into His altar that our heavenly Father personally called Abraham to start with the three animal sacrifices cut in halves facing each other, so He may return with His altar of eternal love fire, from heaven with His torch burning passionately, for you to receive your every day blessing, for you are rich perpetually. Indeed, you will always walk with our heavenly Father’s commandments and His every day word completely obeyed within your heart, soul, mind, body and human spirit to receive His blessed richness, but also you will walk through life an into heaven’s glory with His holy name on top of the world, conquering new glories that open ways and doors for endless happiness.

Certainly, our heavenly Father as He may see you from heaven above ready to pour His blessings of richness over you and your loved ones, then He will see that you have always loved Him through eternity and into coming eternity, obeying His words truthfully, because you are baptized in His sacred-flesh bearing His holy name with everlasting fire over the world, forever. Amen!

¡Cultura y paz para todos, hoy y siempre!

Saludos cordiales a todos

Dígale al Señor, nuestro Padre Celestial, de todo corazón, en el nombre del Señor Jesucristo: Nuestras almas te aman, Señor. Nuestras almas te adoran, Padre nuestro. Nuestras almas te rinden gloria y honra a tu nombre y obra santa y sobrenatural, en la tierra y en el cielo, también, para siempre, Padre Celestial, en el nombre de tu Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN DEL PERDÓN

Padre nuestro que estás en los cielos: santificada sea la memoria de tu nombre que mora dentro de Jesucristo, tu hijo amado. Venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén.

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre Celestial también os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Por lo tanto, el Señor Jesús dijo, "Yo soy el CAMINO, y la VERDAD, y la VIDA ETERNA; nadie PUEDE VENIR al PADRE SANTO, sino es POR MÍ”. Juan 14:

NADIE MÁS TE PUEDE SALVAR.

¡CONFÍA EN JESÚS HOY!

MAÑANA QUIZAS SEA DEMASIADO TARDE.

YA MAÑANA ES DEMASIADO TARDE PARA MUCHOS, QUE NO LO SEA PARA TI Y LOS TUYOS, EN EL DÍA DE HOY.

- Reconoce que eres PECADOR en necesidad, de ser SALVO de éste MUNDO y su MUERTE.

Dispónte a dejar el pecado (arrepiéntete):

Cree que Jesucristo murió por ti, fue sepultado y resucito al tercer día por el Poder Sagrado del Espíritu Santo y deja que entré en tu vida y sea tu ÚNICO SALVADOR Y SEÑOR EN TU VIDA.

QUIZÁ TE PREGUNTES HOY: ¿QUE ORAR? O ¿CÓMO ORAR? O ¿QUÉ DECIRLE AL SEÑOR SANTO EN ORACIÓN? -HAS LO SIGUIENTE, y di: Dios mío, soy un pecador y necesito tu perdón. Creo que Jesucristo ha derramado su SANGRE PRECIOSA y ha muerto por mi pecado. Estoy dispuesto a dejar mi pecado. Invito a Cristo a venir a mi corazón y a mi vida, como mi SALVADOR.

¿Aceptaste a Jesús, como tu Salvador? ¿Sí _____? O ¿No _____?

¿Fecha? ¿Sí ____? O ¿No _____?

Si tu respuesta fue Si, entonces esto es solo el principio de una nueva maravillosa vida en Cristo. Ahora:

Lee la Biblia cada día para conocer mejor a Cristo. Habla con Dios, orando todos los días en el nombre de JESÚS. Bautízate en AGUA y en El ESPÍRITU SANTO DE DIOS, adora, reúnete y sirve con otros cristianos en un Templo donde Cristo es predicado y la Biblia es la suprema autoridad. Habla de Cristo a los demás.

Recibe ayuda para crecer como un nuevo cristiano. Lee libros cristianos que los hermanos Pentecostés o pastores del evangelio de Jesús te recomienden leer y te ayuden a entender más de Jesús y de su palabra sagrada, la Biblia. Libros cristianos están disponibles en gran cantidad en diferentes temas, en tu librería cristiana inmediata a tu barrio, entonces visita a las librerías cristianas con frecuencia, para ver que clase de libros están a tu disposición, para que te ayuden a estudiar y entender las verdades de Dios.

Te doy las gracias por leer mí libro que he escrito para ti, para que te goces en la verdad del Padre Celestial y de su Hijo amado y así comiences a crecer en Él, desde el día de hoy y para siempre.

El salmo 122, en la Santa Biblia, nos llama a pedir por la paz de Jerusalén día a día y sin cesar, en nuestras oraciones. Porque ésta es la tierra, desde donde Dios lanzo hacia todos los continentes de la tierra: todas nuestras bendiciones y salvación eterna de nuestras almas vivientes. Y nos dice Dios mismo, en su Espíritu Eterno: “Vivan tranquilos los que te aman. Haya paz dentro de tus murallas y tranquilidad en tus palacios, Jerusalén”. Por causa de mis hermanos y de mis amigos, diré yo: “Haya paz en ti, siempre Jerusalén”. Por causa de la casa de Jehová nuestro Dios, en el cielo y en la tierra: imploraré por tu bien, por siempre.

El libro de los salmos 150, en la Santa Biblia, declara el Espíritu de Dios a toda la humanidad, diciéndole y asegurándole: - Qué todo lo que respira, alabe el nombre de Jehová de los Ejércitos, ¡el Todopoderoso! Y esto es, de toda letra, de toda palabra, de todo instrumento y de todo corazón, con su voz tiene que rendirle el hombre: gloria y loor al nombre santo de Dios, en la tierra y en las alturas, como antes y como siempre, para la eternidad.

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